Las constantes vitales, como el pulso o la temperatura corporal, ayudan al médico a valorar el estado de un paciente. Es conveniente aprender a tomar estas constantes.
El pulso es la dilatación de las arterias cuando pasa por ellas la sangre impulsada por el corazón. Cada pulsación equivale a una contracción del ventrículo izquierdo. El pulso se puede tomar en varios lugares del cuerpo, aunque los más sencillos son la muñeca y la garganta.
1. Palpa una arteria con los dedos índice y medio.
2. No ejerzas una presión excesiva.
3. Controla el pulso durante 10 segundos el segundero del reloj.
4. Multiplica el valor que hayas obtenido por 6. Te dará el número de pulsaciones por minuto.
El valor normal de la temperatura corporal está entre 36,5 y 37 ºC. Cuando es más alta, hablamos de fiebre. Suele indicar que existe una infección.
1. Desinfecta el termómetro con alcohol u otro desinfectante.
2. Haz bajar la columna líquida por debajo de 35 ºC agitando el termómetro por su extremo superior.
3. Coloca el termómetro bajo la axila, procurando que el bulbo esté totalmente en contacto con la piel.
4. Espera entre tres y cinco minutos , retira el termómetro y lee la temperatura.
5. Desinfecta el termómetro de nuevo.
13. Elige un día del fin de semana y toma tu pulso y tu temperatura nada más despertarte, antes de comer a mediodía, después de comer y antes de acostarte. Anota los valores para compararlos con los del resto de la clase.
Elijo el sábado.
Elijo el sábado.
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